Tras el anuncio del paro de 72 horas por parte de los docentes bonaerenses, la gobernadora María Eugenia Vidal puso en marcha el pedido de conciliación obligatoria, resolución que el área laboral podría anunciar en las próximas horas.
Habrá que ver entonces la respuesta de los sindicatos docentes a esa jugada de Vidal, que se encuentra en una posición sin demasiadas alternativas entre el ajuste obligtorio de las cuentas públicas y las demandas salariales de los maestros, que exigen un 30% de aumento, porcentaje que casi suplica el 16,7% ofrecido por la provincia en la última reunión paritaria.
Ante el fracaso del último encuentro entre los representantes del gobierno bonaerense y de los docentes, Roberto Baradel y Mirta Petroncini ratificaron entonces el paro por 72 horas, de lunes a miércoles de la semana entrante, al tiempo que reclamaban una nueva citación de parte del gobierno provincial, aduciendo que en el último encuentro «no se habían ofrecido mejoras a las propuestas anteriores».
Desde La Plata la respuesta fue que no habrá nuevas convocatorias «hasta agosto», pero la decisión de los maestros de parar durante tres días decidió a Vidal a reclamar el dictado de la conciliación obligatoria, en la que sería la primera decisión de ese tipo en el ámbito docente desde que Cambiemos asumió en la provincia, a fines del 2015.
«Ellos están haciendo planteos políticos», aducen desde la Gobernación, señalando que los maestros pidieron «por los despedidos de Télam en la última reunión» y que Baradel «habría solicitado que en el acta de la reunión se aclare que él se opone al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional».