El gobierno nacional alertó que hay muchos gremios radicalizados de izquierda que están generando problemas en grandes empresas y terminan atentando contra la producción y el crecimiento del país. Uno de los casos testigo de ese fenómeno se vivió ayer en Vicente López, donde militantes de distintos partidos resistieron violentamente un desalojo ordenado por la Justicia en medio de un conflicto cuyos principales perjudicados habían recibido indemnizaciones de hasta 5 millones.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, aseguró que «hay un conjunto de acción política gremial de izquierda que genera conflictos en algunas empresas» a las que «muchas veces» las obliga a cerrar. «Son muchas empresas que terminan relocalizándose porque no pueden sostener el nivel de producción que necesitan«, detalló. El funcionario aprovechó la discusión pública que generaron los enfrentamientos en PepsiCo para «llamar a la reflexión» de toda la conducción sindical y reiterar que la Argentina puede salir adelante si se negocian condiciones pacíficamente entre los trabajadores y los empresarios.
Muchas de las personas que participaron de la revuelta de ayer en Vicente López estuvieron ligadas a los conflictos en las empresas Lear, Kraft y Donnelley. De hecho, la mayoría de las personas que fueron detenidas durante el desalojo realizado por la Policía bonaerense no eran empleados de PepsiCo.
Triaca recordó que la compañía de snacks decidió mudar su producción a Mar del Plata. Con la intervención de su cartera, el 80% de los trabajadores acordó indemnizaciones por el doble de lo estipulado en la ley. El 20% restante es el que intentó resistirse violentamente con la ocupación de la fábrica.
«Nosotros hicimos todo lo posible para que la fábrica no cierre, pero dentro del marco de la ley la empresa puede tomar esta decisión siempre y cuando se cumpla con los derechos de los trabajadores», completó en diálogo con Marcelo Longobardi en radioMitre.