El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, le dijo en privado a Mauricio Macri lo que el presidente venía a buscar a Tokio: «Argentina tiene el papel de una locomotora en el continente sudamericano. Quiero desarrollar con mayor energía las relaciones entre Japón y Argentina».
El Presidente respondió: «Celebro que haya coincidido que la nuestra es una relación estratégica. Es un honor para mí ser el primer presidente en venir a su país después de 19 años». Después, más relajados, bucearon sobre la posibilidad de aceitar relaciones comerciales para que lleguen más empresas japonesas a la Argentina y hasta hicieron chistes sobre fútbol, ya un clásico por parte de Macri en la ira por Asia.
Macri y Abe se vieron por tercera vez desde la asunción del nuevo gobierno argentino y firmaron hoy un memorándum de cooperación, basado en tres puntos: agricultura y agroindustria, en tecnología y comunicaciones y en turismo. «Macri ha hecho reformas para una libre economía y ejerce un notable liderazgo», sostuvo Abe en una rueda ante los periodistas en la que no se permitieron preguntas. Y agregó: «Reconfirmamos con Macri una economía libre y abierta son la base para la paz y la prosperidad».
El primer mandatario volvió a apelar a su historia en Boca. «En Tokio tengo recuerdos imborrables de mi vida. Acá vinimos tres veces a jugar la final de la Intercontinental cuando yo era presidente de Boca. Aún hoy cantan en la cancha haciendo referencias a volver a Tokio», dijo. Cuando la traductora pasaba al japonés sus palabras, el primer ministro se reía. Después de la reunión y las fotos, Abe y su esposa, Akie Abe, ofrecieron a Macri y a la primera dama, Juliana Awada una cena oficial en la residencia.