14 de septiembre, 2022

Sergio Massa arriesga con su pronóstico de inflación para el 2023: bajaría a la mitad de este año

Hoy se publicará el índice minorista de agosto, que dará por arriba del 6%. Un día después, el equipo económico elevará su proyecto de Presupuesto al Congreso, con estimaciones polémicas

La presentación del adelanto del proyecto de Presupuesto 2023 que mañana debe enviar Sergio Massa al Congreso, tal como obliga la ley, no estará exenta de polémicas. La principal seguramente estará relacionada con la estimación de inflación, que nuevamente se ubicará muy por debajo de las expectativas de los economistas, los bancos y los mercados financieros.

El ministro de Economía establecerá en su proyección para el año que viene que la inflación bajará a la mitad. Aunque el dato preciso se conocerá recién mañana, la intención sería fijar un nivel incluso por debajo del 50%.

Una encuesta realizada por Latinfocus entre distintas consultoras de la Argentina e internacionales, arrojó que la inflación esperada para este año terminará en el 91% y para el año que viene descendería apenas un escalón hasta el 84%. Pero la distancia con la proyección de Massa es abismal.

Hoy se conocerá el dato de inflación de agosto, el primero completo con gestión de Massa al frente del ministerio de Economía. La estimación de los economistas es que se ubicará alrededor del 6,5%, contra 7,4% de julio. Sin embargo, será difícil que perfore el piso de 6% en los cuatro meses que restan del año.

Martín Guzmán no logró que le aprueben su presupuesto del 2022 justamente por haber subestimado de manera grosera la inflación. Calculó el 33% y será el triple. También se había equivocado en 2021, cuando estimó un 29% y terminó casi en 51%.

La pregunta en relación a la estimación de inflación de Massa es si se trata de confianza ciega en que podrá efectivamente reducirse a la mitad o si en realidad es nuevamente un artilugio para subestimar ingresos y luego tener mayor flexibilidad a la hora de manejar el gasto, por afuera del control legislativo.

El equipo económico que acompaña a Massa, sin embargo, piensa que la reducción de la inflación podría ser bastante más pronunciada que las proyecciones del mercado. Entre las variables que permitirían ese objetivo se encuentra la reducción del déficit fiscal, que pasaría a 1,9% del PBI, el freno de la emisión monetaria, la fuerte suba de tasas de interés y una desaceleración de la actividad económica.

Por otra parte, se supone que no habrá un nuevo “shock” sobre los precios de la energía y de los alimentos, como sucedió este año por efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Claro que semejante disminución sería inédita, no habiendo un plan de estabilización y en medio del proceso electoral. La propia indexación de la economía, los aumentos salariales para no perderle pisada a la inflación antes de las elecciones y la suba más acelerada del tipo de cambio oficial serán fuertes obstáculos para que la inflación retorne al menos a los niveles de 2021.

La desaceleración económica también aparece en la encuesta realizada por Latinfocus. Luego de 10,4% de repunte que tuvo el PBI el año pasado, este año la desaceleración llegará a 3,3%, mientras que en 2023 la economía sólo terminaría 0,5% arriba. Esto significa que la actividad terminará prácticamente estancada el año próximo, en medio de las elecciones presidenciales.

Massa apuesta a que la economía al menos sostenga los niveles de actividad actuales y que al mismo tiempo empiece a descender la inflación, con el propósito de recuperar gradualmente el poder adquisitivo del salario.

En el kirchnerismo saben que será muy difícil competir con posibilidades el año próximo si la economía no empieza a dar buenas noticias. Las últimas medidas implementadas por Massa alejaron el escenario de un descalabro cambiario o inflacionario, al tiempo que derrumbaron un 20% a los distintos dólares financieros.

Sin embargo, tampoco será fácil sostener esta tranquilidad cambiaria, en medio de la suba de las tasas de interés en Estados Unidos y la búsqueda por parte de inversores de activos menos riesgosos.

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