5 de octubre, 2018

Según el Banco Mundial, Argentina, Brasil y Venezuela frenan el crecimiento de Sudamérica

El organismo presentó su informe regional semestral en el que revela que las perspectivas para este año “no cumplen las expectativas iniciales”

En su último informe regional semestral, la Oficina del Banco Mundial para América Latina y el Caribe asegura que las perspectivas de crecimiento para 2018 «no cumplen con las expectativas iniciales» debido a los retos que enfrentan algunos países de la región, «particularmente en América del Sur».

 

Según el organismo internacional, se esperaba que América Latina creciera a un ritmo cada vez mayor pero, «lamentablemente, durante los últimos seis meses, la región se ha tropezado con algunos obstáculos en el camino».

 

El trabajo revela que Sudamérica terminará el 2018 con una contracción del 0,1% y crecerá solo un 1,2% en 2019. Las razones principales detrás de este «crecimiento más lento», afirma el BM, son las «turbulencias del mercado que comenzaron en Argentina en abril, la desaceleración en la expansión de Brasil, el deterioro continuo de la situación en Venezuela y un entorno externo menos favorable».

 

En el informe, el BM alerta que «la situación general sigue siendo preocupante», en especial por la «considerable incertidumbre política» en Brasil, «un probable recrudecimiento de la actual recesión en Argentina», «dudas sobre la sostenibilidad de algunas reformas claves en México», dificultades en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte , y guerras comerciales «que estallan con alarmante frecuencia».

 

El BM afirma que, además de los problemas de algunas de las principales economías de la región y «un entorno internacional poco auspicioso»,  la situación fiscal de la región es aún precaria ya que «apenas mejoró con respecto al año pasado». Como consecuencia, el informe detalla que «la deuda pública ha superado el 60% del PIB de la región en su conjunto».

 

Para el Banco, estos elevados niveles de deuda «complican» el acceso y el costo del crédito internacional «justo cuando son más necesarios» y, agrega, «una deuda mayor también reduce el espacio fiscal y limita severamente la posibilidad de utilizar la política fiscal como una herramienta de política contracíclica, precisamente en un momento en el que muchos bancos centrales de la región sienten la necesidad de aumentar las tasas de interés para defender la moneda doméstica o, al menos, asegurar una depreciación ordenada».

 

En su informe, el BM también revela que la entrada neta de capitales a la región, que alcanzó un máximo de 49.600 millones de dólares en enero del 2018, se redujo drásticamente a 18.800 millones de dólares en agosto. «Esta dramática caída también ha sido agravada por un cierto nerviosismo en los mercados de bonos internacionales con respecto, en particular, a la situación en Argentina, Turquía, y Sudáfrica»