14 de febrero, 2018

Rusia investiga si hielo en el medidor de velocidad causó la tragedia aérea

Los expertos creen que el salpicadero de la cabina pudo mostrar datos erróneos sobre la velocidad a la que volaba el avión.

El domingo pasado, un avión de la compañía Saratov Airlines se estrelló en la zona de la capital de Rusia con 71 personas a bordo mientras cumplía la ruta que iba hasta la ciudad de Orsk.

 

En ese sentido, hasta el momento, se supo que estuvo en vuelo apenas seis minutos y que ninguno de los 65 pasajeros y seis tripulantes sobrevivió al impacto.

 

 

Desde entonces, las autoridades investigan la caída del Antonov AN-148 y ayer pudieron llegar a una primera teoría que podría explicar lo acontecido: aparentemente, se formó hielo en las sondas medidoras de velocidad.

 

 

El accidente «puede explicarse por datos incorrectos sobre la velocidad recibidos por los pilotos, lo que pudo aparentemente estar vinculado a la formación de hielo en las sondas, cuyo sistema de calefacción se encontraba apagado», indicó en un comunicado el Comité intergubernamental de aviación (MAK).

 

Estas conclusiones se apoyan en «un análisis preliminar de las informaciones registradas» en la caja negra que conserva los parámetros técnicos de vuelo, así como en «el análisis de casos similares anteriores».

 

 

También llamados «tubos de Pitot», estas sondas permiten a los pilotos controlar la velocidad de su aparato, un elemento crucial para su equilibrio en vuelo.

 

 

Si estas sondas quedan atascadas a causa de la formación de hielo o por algún objeto, pueden brindar una velocidad incorrecta a los pilotos, lo que puede hacer caer al avión si vuela demasiado lento o provocar problemas estructurales al aparato si lo hace demasiado rápido.

 

 

Cabe consignar que el avión de Saratov Airlines se estrelló cerca de Moscú poco después de haber despegado del aeropuerto de Domodedovo; se dirigía a Orsk, una ciudad de los Urales en la frontera con Kazajistán.