Renuncias masivas y denuncias de golpe de Estado a la conducción del PRO bonaerense se dieron en la tarde del jueves en medio de la fuerte interna entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich por la conducción del partido y marcando una fuerte crisis que se viene acentuando desde las elecciones del año pasado.
Veinticuatro miembros de los 33 que integran la mesa provincial renunciaron, dejando acéfala la conducción, que necesita tener al menos un tercio de los representantes y que estaba a cargo hasta ahora de Daniela Reich, legisladora provincial y además esposa del intendente de Tres de Febrero Diego Valenzuela.
Entre la lista de dirigentes que se fueron del consejo directivo bonaerense figuran los diputados nacionales Cristian Ritondo, Diego Santilli y Martín Yeza, la intendenta de Vicente López Soledad Martínez, el de General Pueyrredón Guillermo Montenegro y otros que responden internamente al PRO nacional que conduce desde hace nueve días Mauricio Macri.
El detonante fue un encuentro que organizaron el fin de semana pasado Bullrich, Valenzuela y el legislador libertario Sebastián Pareja, con foto incluida, en lo que se leyó como un intento de la ministra de Seguridad por fusionar ambas fuerzas al menos a nivel bonaerense.
Tras ello, Macri armó un Zoom con su mesa chica el martes, al que no invitó a dirigentes cercanos a Bullrich, como el diputado nacional Damián Arabia, que es uno de los vicepresidentes del partido nacional. Además, el ex mandatario bajó la orden de apartarse de la conducción de Reich y promover un llamado a elecciones que llevaría a Ritondo como candidato a presidente del partido. Así, 24 dirigentes se fueron, y el viernes se sumará Javier Iguacel, ex aliado de Bullrich, que negoció con Ritondo esa salida también.
La decisión fue leída como un «golpe de Estado» por parte del bullrichismo, teniendo en cuenta que la conducción de Reich estaba garantizada hasta 2026. «Mauricio armó una mesa con su club de amigos para imponer a Ritondo y decidir este golpe de Estado», sostuvieron cerca del actual armado bonaerense. Fuentes del macrismo, en cambio, aseguran que la decisión contó con el aval de todos los referentes partidarios, como dirigentes que responden al larretismo, por ejemplo Silvia Lospennato, y resaltaron que es mayoritaria.
Se trata de un capítulo más en medio de la interna de Macri y Bullrich, cada vez más cruda, pero que se inició en las elecciones presidenciales del año pasado, cuando la entonces candidata presidencial le cuestionó al ex presidente no haberla apoyado públicamente y haberle allanado así el camino a Javier Milei.
Ahora, ya como funcionaria, es Bullrich quien promueve una fusión de partidos y por eso avanzó con un encuentro el fin de semana pasado, junto a Valenzuela y Pareja, además de otros dirigentes que responden a la ministra de Seguridad. Además, Bullrich dejó la conducción nacional del PRO a principios de año y en su lugar acaba de asumir el propio Macri, que tras su primer día al frente del partido que fundó, publicó un mensaje en la cuenta de Twitter del espacio que decía «Volvimos». Un claro mensaje hacia la interna partidaria.