Distintas personalidades del equipo que conforma Sergio Massa dejaron una definición muy relevante, con la mira en 2019: el objetivo concreto es comenzar a tejer una confluencia con sectores amplios del peronismo para dar la pelea grande en las próximas presidenciales.
«El 10 de diciembre, ni bien asuma el nuevo Congreso, habrá que empezar un proceso de evaluación y conversación permanente con la dirigencia peronista no vinculada a la corrupción», dijo un miembro de la mesa chica del Frente Renovador. «Vamos a buscar a los peronistas que no banquen lo malo del kirchnerismo, lo que incluye a personas de esa etapa que también son rescatables. Lo importante es que compartan una mirada ética sobre los procedimientos de la política y que acepten la construcción de liderazgos no personalistas», agregó.
La idea central de lo que viene es que el método autónomo de construcción política de Massa, basado en una diferenciación tajante con respecto al espacio peronista, llegó a su fin. Que la decadencia electoral responde a una imposibilidad fatal de escapar a la lógica binaria de la política nacional. Y que lo que aún mantiene en votos puede parecer poco en términos absolutos, nacionales, pero que no es para nada desdeñable para jugar dentro del espacio peronista.
Ahora bien, ¿se trata de volver al PJ? No. Pero sí de plantear algún tipo de vinculación, algo de lo que «ya se habla con Sergio en las recorridas de campaña», dijo un hombre cercano al candidato a senador.
«Para pensar en 2019, hay que empezar ahora: nosotros le tenemos que pegar más a Cristina que al Gobierno. Por un lado, porque para muchos votantes, Cambiemos representa una idea valiosa. Y segundo, porque los que venimos de una tradición peronista solamente vamos a poder ganar cuando ella salga definitivamente de la escena. Mientras esté vigente y siga dividiendo el voto opositor, el macrismo nos va a ganar toda la vida», dijo el referente bonaerense del FR.