6 de noviembre, 2017

Masacre en Texas: un tirador asesinó a 26 personas en una iglesia

Desde Tokio, el presidente Donald Trump sostuvo que el ataque se debe a un "problema de salud mental" y no a "un asunto de armas".

El domingo, un hombre abrió fuego con un rifle de asalto en la Primera Iglesia Bautista en Sutherland Springs, a unos 65 kilómetros al este de San Antonio, acabando con la vida de al menos 26 personas e hiriendo a una veintena más.

 

 

El gobernador de Texas, Greg Abbott, confirmó la cifra de víctimas mortales y calificó el tiroteo como «la peor matanza registrada en la historia del estado».

 

 

Varios medios estadounidenses identificaron al tirador como Devin Kelley, un hombre blanco de 26 años que murió después de una breve persecución.

 

 

En ese sentido, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo que la matanza se debió a un «problema de salud mental» y que no es «un asunto de armas».

 

 

Durante una conferencia de prensa en Tokio, Trump afirmó que, de acuerdo a los reportes preliminares, el atacante era «un individuo muy atormentado, con muchos problemas».

 

 

«Tenemos muchos problemas de salud mental en nuestro país, al igual que otros países. Pero esto no es un asunto de armas», aseguró el norteamericano, y añadió: «Es un hecho muy, muy triste».