La multitudinaria movilización del último sábado sirvió como disparador para reforzar el camino que trazó el Gobierno. Y a horas de enfrentar el primer paro nacional contra su administración, el jefe del Estado no quiere perder el impulso que significó esa masa de gente en las calles de todo el país. Por eso, en la primera reunión de gabinete tras la marcha del 1-A, Macri les pidió a sus ministros «que vayan a fondo.»
“El mandato de la gente es que hagamos las cosas que son incómodas. Lo que nos están diciendo es que no aflojemos”, les dijo ayer a sus ministros en la reunión de Gabinete. Macri los instó, por momentos en tono monocorde pero en otros tramos alzando la voz para dejar en claro que estaba dando órdenes, a enfrentar a los sectores sindicales, empresarios y políticos que quieran trabajar para desestabilizarlo. Lo dijo con una definición fuerte: “O los mafiosos van presos o nos voltean”.
“La huelga será masiva”, asumen en el oficialismo. Pero agregan: “El éxito del paro está garantizado por la paralización que tendrá el servicio de transporte público y al mensaje de apriete que baja desde la CGT. No porque haya razones objetivas para una manifestación extrema”. Ayer, los ministros se enteraron en en el Salón Eva Perón, en plena reunión, de la represalia que anunciaba Omar Viviani a los taxistas que decidieran no adherir a la protesta.
Jorge Triaca, el titular de la cartera de Trabajo, puso la mira en el triunvirato que conduce la CGT. “El paro es una reacción para sostener la unidad. Si no hay confrontación no hay unidad”, confió. Macri inistió: “Hay que actuar y no dejarse ganar por las mafias”.
Fue una reunión de ministros atípica. Hacía tiempo que no reinaba la sensación de que un sector mayoritario de la sociedad apoya el cambio. Ni Macri ni Marcos Peña han dudado de esa idea, pero no todos cultivan el mismo optimismo en el Gobierno. El Ejecutivo venía de semanas críticas, que se reflejaron con la caída de la imagen presidencial en sus propias encuestas. Tal vez por eso, para tratar de inyectar ánimo, la sesión se inició con un análisis de las movilizaciones. Peña fue el primero en hablar. “Lo del sábado es un fenómeno de abajo hacia arriba. La gente nos pedía un cambio y en realidad lo que se debate son valores no cuestiones coyunturales”, sostuvo.
Macri les pidió “compromiso” a sus funcionarios. No fue una exigencia al pasar. “Hay que cumplir las metas y ser más eficientes”, afirmó. Pareció un tirón de orejas para algunos.