El Movimiento Cinco Estrellas, que se convirtió en el partido más votado del país, y la Liga Norte, que superó a Fuerza Italia dentro de la coalición de centroderecha que se quedó con el primer lugar de las elecciones, fueron los grandes ganadores de los comicios, con el 85% de los sufragios escrutados.
No obstante, el resultado deja a Italia sin una clara mayoría para formar un nuevo gobierno, debido a que ninguna de las fuerzas alcanza el 40 % necesario que exige la ley electoral.
El M5E se valió de una excelente elección en el sur del país para superar el 31% de los votos en Diputados y en el Senado y tomar un rol relevante de cara a la estabilidad política del país, de acuerdo a los números oficiales con el 85% de los votos escrutados hoy a las 9.30 (5.30, hora en Argentina).
A diferencia de los comicios de 2013, cuando también fueron el partdo más votado pero luego no pudieron formar gobierno, este año encuentra al M5E con un candidato fuerte, como es Luigi Di Maio pese a sus solo 31 años, y frente a un escenario en el que ninguna combinación de partidos que los excluya puede llegar a la mayoría que el presidente Sergio Mattarella pedirá antes de encargar formar un nuevo Ejecutivo.
En ese plano, las primeras declaraciones del M5E a través de su referente Alessandro Di Battista, indicaron la dirección que tomará la fuerza: «Todos deberán venir a hablar con nosotros», planteó desde el comando electoral.
De hecho, el Cinco Estrellas fue la única fuerza que durante la campaña electoral presentó su eventual gabinete, formado con figuras del mundo académico de poca trayectoria política, como una forma de mostrar capacidad de gobierno a Mattarella y a la sociedad.
Después de una campaña en la que fueron moderando su discurso crítico con el euro, el M5E nunca abandonó su tono crítico con lo que considera «el establishment», y en su cierre de campaña pidió «una oportunidad para mandarlos a su casa» y avanzó que su primera medida, en caso de formar gobierno, será «reducir a la mitad los sueldos de los legisladores».
La otra fuerza que puede llegar a ser central en el armado de un gobierno es la xenófoba Liga Norte, que de la mano de la hiperactividad de su secretario general Matteo Salvini logró superar a la Fuerza Italia de Silvio Berlusconi como la prinicipal fuerza de la alianza de centroderecha que obtuvo el primer lugar en las elecciones.
Apoyada en una buena elección en el norte del país y en la campaña con más críticas a la inmigración y a Europa, la Liga superó a FI por más de dos votos, en un resultado que podría acelerar el retiro político de Berlusconi.
En ese sentido, y más allá del giro euro-escéptico que puede leerse en el electorado italiano, también es palpable el recambio generacional, considerando que entre DI Maio (31 años) y Salvini (44), suman menos de la edad de «Il Cavaliere» (81 años).
El tono crítico de las fuerzas ganadoras con Europa no será un tema menor a la hora de pensar en las eventuales alianzas.
Una de las pocas voces que habló en la mañana del lunes, el diputado de la Liga Armando Siri, dio algunas pistas y planteó que el resultado «se trata de una gran derrota para Europa y ahora la Unión Europea deberá ser reformada».
Ayer, fue la propia referente xenófoba francesa Marine Le Pen quien apenas conocidos los primeros sondeos a boca de urna escribió en la red Twitter: «Será una mala noche para la Unión Europea».
En esa línea, la insatisfacción por la política quedó en evidencia al ver el porcentaje final de participación: 72.90% de los 51 millones de italianos convocados a votar, el número más bajo de la historia.