El ministro de Producción, Francisco Cabrera, recibió este miércoles a los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y San Juan, Sergio Uñac, quienes le pidieron que el Gobierno «no envíe al Congreso» el proyecto de reforma tributaria que incluye un gravamen al vino.
«Preferimos que lo retiren, que no lo envíen al Congreso. Ese es nuestro plan A», sostuvo el dirigente radical tras el encuentro llevado a cabo en la Casa Rosada.
En diálogo con periodistas acreditados, el mendocino contó que en la reunión dieron «sobradas razones»de los efectos negativos que causaría el impuesto que se le fijaría a la bebida nacional. «Nos sentimos escuchados, aunque no tuvimos una respuesta», reconoció Cornejo.
La iniciativa oficial propone subir las alícuotas del impuesto interno a las bebidas alcohólicas y gaseosas azucaradas, dos artículos de consumo masivo.
Si el proyecto prospera, en las bebidas espumosas y champaña las alícuotas subirán gradualmente de 0% a 17%; mientras que en vinos y sidras aumentará de 0% a 10%.
El incremento causó diversas críticas en las provincias productoras de vino, las cuales consideraron «inadmisible» aplicar un impuesto interno a esa bebida y argumentaron que aquellas que tienen baja graduación alcohólica «no son perjudiciales para la salud».
Antes de reunirse con el ministro de Producción, los gobernadores Cornejo y Uñac coincidieron en que la propuesta del Gobierno para gravar al vino «es incorrecta» por entender que se trata de una actividad «genuina, que mantiene muchos puestos de trabajo».
«Creemos que es conveniente para el interés general de la Argentina, para la región de las provincias productoras de vino. La Nación y las provincias tenemos que hacer el esfuerzo de bajar la presión tributaria al sector privado argentino. Estamos trabajando en mancomunión con el Gobierno buscando esos objetivos«, sostuvo el dirigente radical.
En declaraciones a la prensa, Cornejo destacó que «hay un Gobierno que escucha» y consideró que las provincias vitivinícolas tienen «argumentos sólidos que se sostienen desde la salud, las economías regionales, las cuentas nacionales, como para persuadir al Gobierno» sobre los efectos negativos que tendría la medida incluida en el plan de reforma tributaria.
Por su parte, Uñac manifestó: «Somos el séptimo país en el mundo con superficie cultivada de vid. Lo que estamos haciendo con esto (de intentar gravar el vino) atentar contra una producción que es muy razonable y una base generadora de muchas fuentes de trabajo. Vemos con malos ojos que se grave una actividad que es genuina, que mantiene muchos puestos de trabajo, así como tampoco va a ayudar a solucionar el problema general que tiene el país».