12 de junio, 2019

Graciela Camaño fue la pieza clave para el acuerdo que cerraron Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey

En la tarde del martes la única certeza que compartían Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey era que Sergio Massa terminaría cerrando su acuerdo con el kirchnerismo. Con el paso de las horas se sorprendieron con la decisión de Miguel Pichetto de acompañar en la fórmula presidencial a Mauricio Macri. Al caer el sol ambos mantenían la intención de competir por separado.

En las últimas horas del día ambos recibieron un llamado de la misma persona. Una comunicación que tenía como objetivo agrupar las pocas piezas de la tercera vía que quedaron diseminadas después del vendaval y dejar de lado las diferencias con rapidez.

La diputada nacional Graciela Camaño, pilar del Frente Renovador en los últimos seis años y madrina política de Sergio Massa, llamó al ex ministro de Economía y al gobernador de Salta para convencerlos de que debían competir en una misma fórmula. Entendió que no había margen para mantener dos fórmulas presidenciales por separado.

Camaño fue una pieza clave en la negociación contra reloj. Armó la reunión en la Casa de Salta, convenció a ambos de sentarse a negociar la fórmula y acercó posiciones luego de una semana en la que las segundas líneas de ambos lados habían enfriado el contacto.

La legisladora termina su mandato en la Cámara baja en diciembre de este año. El último fin de semana anticipó que si Massa cerraba un acuerdo con el kirchnerismo, ella no lo acompañaría. No está dispuesta a compartir un espacio político con la ex presidenta Cristina Kirchner y su armado político.

Su decisión de no acompañar a Massa no está emparentada con la relación que mantiene con el tigrense, con el que comparte un vínculo de afecto y admiración. Ese cariño es mutuo. Sin embargo, el camino que tomarán a partir de ahora será diferente. Camaño sigue creyendo en el camino del medio y está dispuesta a colaborar para que el espacio anti grieta se mantenga vivo.

La legisladora massista trabajará empujando la candidatura del economista y el salteño. También podría competir por un cargo, aunque es una decisión que aún no tomó. Su nombre sonó en la vía del medio para la gobernación bonaerense. Los rumores se multiplicaron luego de que quedara sellada la fórmula.

Camaño se quedará a trabajar en el nuevo esquema fusionado. Compartirá lugar con su esposo, el sindicalista Luis Barrionuevo, quien impulsa la candidatura del ex ministro de Economía desde el principio.

Acuerdo y unidad

Después de la decisión de Sergio Massa de abrir el diálogo con el kirchnerismo, Urtubey y Lavagna quedaron solos en el medio de la tercera vía. Ambos con ganas de mantener sus precandidaturas y no ceder ante la presión del Gobierno para bajarlas.

El gobernador de Salta recibió tres propuestas de Mauricio Macri. En dos oportunidades para ser su candidato a vicepresidente. En ambas el salteño dijo que no.

La última propuesta fue el martes a la tarde, después del anuncio de la candidatura de Pichetto. El Presidente le pidió que se sume a Cambiemos y que, a futuro, ocupe un lugar en el Gabinete. Incluso pensó que podía ser la Cancillería. Urtubey volvió a decir que no.

En ese escenario fragmentado y atravesado por el vértigo de las definiciones políticas se negoció el acuerdo de unidad entre Lavagna y Urtubey. Un acercamiento que desde un primer momento el salteño estaba dispuesto a llevar a cabo siempre y cuando hubiese una PASO. El ex ministro de Economía se mantuvo en su idea de armar una fórmula de consenso. Su postura, finalmente, fue la que primó.

Tras la derrota en Diputados por el DNU de la SIDE, el oficialismo enfrenta otro ecenario complicado. La suba a jubilados ya tiene media sanción de la Cámara baja y el presidente Javier Milei adelantó que la vetará. También se debatirá el aumento de sueldo de los senadores.El oficialismo sufrió este miércoles un duro traspié en Diputados cuando la oposición rechazó el decreto de los "gastos reservados" millonarios para la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). El Gobierno de Javier Milei podría recibir otra derrota legislativa este jueves 22 de agosto, cuando se trate el proyecto de recomposición de jubilaciones que ya tiene media sanción de la Cámara baja. El propio presidente adelantó que la vetará, pero el escenario se mantiene complicado