Tras seis horas de trabajo, los efectivos de la Policía Federal encargados del allanamiento en la casa que Cristina Kirchner tiene en El Calafate resolvieron ayer continuar su tarea durante el sábado, debido a la falta de luz natural para seguir inspeccionando la vivienda y su parque, de grandes dimensiones.
El procedimiento fue ordenado por el juez federal Claudio Bonadio y autorizado por la Cámara de Senadores en el marco de la causa originada con los cuadernos del chofer Oscar Centeno.
El ingreso de los efectivos estuvo rodeado de tensión. Es que un pequeño grupo de vecinos se acercó a insultar a los policías que participan del operativo y a los medios que realizan la cobertura periodística.
La inspección en El Calafate es la última, tras los allanamientos que también incluyeron al departamento de Cristina Kirchner en Recoleta, Ciudad de Buenos Aires, y la casa de la familia en Río Gallegos, Santa Cruz.
Además de integrantes de la Policía Federal, participaron de la requisa integrantes de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y perros especialmente entrenados para realizar búsquedas.
Los operativos policiales para allanar las tres propiedades de la ex presidenta comenzaron durante el mediodía del jueves, luego de la autorización del Senado para cumplimentar el pedido de Bonadio en el marco de la causa conocida como cuadernos de las coimas.
El primer domicilio allanado, con un importante despliegue de efectivos de la policía federal y gendarmería, personal de la división explosivos y canes, fue el de Recoleta, ubicado en Juncal 1306. El operativo concluyó en la madrugada, 13 horas más tarde. El jueves también se realizó el allanamiento en la casa de Río Gallegos.