El secretario de Comercio Miguel Braun expresó optimismo sobre las posibilidades de que Argentina logre asegurar una excepción para sus importaciones sobre los nuevos aranceles que Estados Unidos impuso al acero y al aluminio, tras reunirse con funcionarios de alto nivel de la Casa Blanca.
«Tuvimos una recepción positiva al argumento argentino de que sus exportaciones [de acero y aluminio] no son una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos», dijo Braun durante una conferencia de prensa en la embajada argentina en Washington, en la que estuvo presente el diario BA Times.
Braun acababa de regresar de reuniones con Wilbur Ross, su par estadounidense, y C.J Mahoney, de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USRT, su sigla en inglés).
Los encuentros entre funcionarios argentinos y norteamericanos fueron breves pero concisas, afirmó el secretario de Comercio, ya que la Casa Blanca aún debe publicar los procedimientos formales para que los países peticionen las excepciones impositivas.
«Somos muy optimistas y creemos que esto abrirá un período de trabajo conjunto para conseguir resultados positivos», sostuvo Braun, que fue enviado por el presidente Mauricio Macri a Washington luego de que Donald Trump firmara un decreto para imponer los aranceles la semana pasada.
«Creo que va a depender en qué tan fuertes sean nuestros esfuerzos para demostrar que estamos trabajando para asegurar nuestra seguridad mutua; esta medida es un tema de seguridad», agregó Fernando Osiris de Roa, flamante embajador de Argentina en Washington.
El Departamento de Comercio de Estados Unido recomendó imponer una tasa del 25 por ciento a las importaciones de aluminio y del 10 por ciento a las de acero.
Si bien Trump tendrá la última palabra sobre si se concede la exención, las recomendaciones que le presente la Secretaría de Comercio y la USTR en favor de Argentina podrían influir sobre su decisión.
Por el momento, México y Canadá, vecinos de Estados Unidos, recibieron garantías de que sus exportaciones de metal no se verán afectadas. Otros estados aliados también están haciendo lobby para obtener una excepción. Una evaluación final se le presentará a Trump antes de que los aranceles entren en efecto, el próximo 23 de marzo; aunque el republicano podría extender el plazo si quisiera.
Si Argentina no lograra obtener la exención, la medida afectaría al siete por ciento de sus exportaciones totales a los Estados Unidos. La decisión tiene menos importancia para Washington: las importaciones de metales argentios representan solo el 0,6 por ciento del acero que el país compra y el 2,3 del aluminio que adquiere.