El rechazo del habeas corpus recurso envía a prisión al ex mandatario de 72 años cuando la corte de segunda instancia que lo sentenció termine de juzgar la apelación que ya tiene en trámite.
El juez Felix Fischer, quien instruyó el expediente en el STJ, abrió la votación con un voto en contra del ex presidente, favorito para ganar las elecciones de octubre.»Deniego el habeas corpus (…), no está comprometida la presunción de inocencia», dijo, en sintonía con una premisa establecida en 2016 por el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema).
Figura clave de la izquierda brasileña, Lula fue condenado en 2017 a nueve años y medio de prisión por aceptar un apartamento de lujo de una constructora involucrada en los sobornos a políticos del caso Petrobras.
Sus abogados apelaron, pero la condena fue ratificada unánimemente en enero de este año por el Tribunal Regional Federal Nº4 (TRF4), de segunda instancia, que además amplió la pena a 12 años y un mes de encierro.
Fue otra de las muchas derrotas judiciales del ex mandatario (2003-2010), quien afirma ser víctima de una persecución para evitar que vuelva al poder.
En 2016 el STF determinó que quienes tengan su condena confirmada eran pasibles de ser arrestados, una decisión que buscó limitar los aplazamientos de las ejecuciones de penas mediante la multiplicación de recursos, un arma esencial de la Operación Lava Jato -junto con las prisiones preventivas y las delaciones premiadas- para desmantelar redes de corrupción público privadas.
El abogado de Lula, Joao Sepúlveda Pertence, ex integrante del STF recientemente incorporado al equipo del ex mandatario, interpretó que el máximo tribunal solo se había pronunciado «sobre la posibilidad» de encarcelamiento una vez agotados los recursos de segunda instancia, sin que se trate de una medida obligatoria.
Lula enfrenta siete procedimientos penales. Pero se declara inocente en todos.