El jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró que la meta del 15% de inflación para 2018 «no es un pronóstico», sino una «orientación de la velocidad de la baja» que tendrán los precios este año con respecto al período anterior.
«La inflación va a seguir bajando este año y va a seguir bajando el año que viene hasta que logremos que no sea más una ecuación», aseguró el funcionario en diálogo con Luis Novaresio en radio La Red.
Impulsado por los saltos en electricidad, naftas, prepagas y transporte, el costo de vida de febrero llegaría al 2,5%, el más alto del año. Sumado al 1,8% de enero que midió el Indec, dejaría al Gobierno en un escenario complejo para no superar los 15 puntos que proyectó en diciembre, cuando recalibró la meta.
Otra de las grandes preocupaciones económicas del Poder Ejecutivo es la cotización del dólar, que ayer volvió a tocar un récord y obligó al Banco Central a intervenir para enfriar el precio de venta.
Sin embargo, Peña buscó bajarle dramatismo al fenómeno y señaló que las variaciones son normales en un país con un tipo de cambio flotante y resaltó que esos movimientos «no repercuten en una crisis».
«La flotación cambiara es uno de los pilares de este proyecto de estabilización que hemos iniciado en 2015 para que la economía puede crecer durante 20 años. Queremos evitar anclas cambiarias como la convertibilidad, que va generando retrasos ante un mundo que va cambiando», sintetizó el funcionario.
Despenalización del aborto
«La intención nuestra es que haya debate, que se pueda ir a fondo, que se puedan respetar las distintas posiciones, es dejar trabajar al Congreso tranquilo», sostuvo Peña, en diálogo con radio La Red.
Consultado sobre un eventual veto en caso de que el proyecto fuera aprobado, el jefe de Gabinete contestó: «Hoy no se analiza eso, en gran parte porque ni subiera hubo debate ni sabemos qué proyecto va a estar por encima de los demás, si hay consenso o no hay consenso».
«La intención nuestra es que haya debate, que se pueda ir a fondo, que se pueda respetar las distintas posiciones, es dejar trabajar al Congreso tranquilo. Apostar a que se pueda construir un consenso positivo, sea cual sea la postura», sostuvo, y añadió: «No parecería muy natural que haya debate y después rechazar ese debate».