Eduardo Duhalde quiere volver a ser el jefe del peronismo de Buenos Aires, partido que controló durante una década y que, dice, enfrenta «la peor crisis de su historia».
El ex presidente y ex gobernador, según confiaron desde su entorno, tiene resuelto competir por el sillón que actualmente, aunque está de licencia, ocupa Fernando Espinoza. El mandato vence en diciembre próximo.
Días atrás, durante un acto en Quilmes, Duhalde lo anticipó en un grupo de militantes mientras empezó junto a un grupo de dirigentes cercanos a trabajar sobre el armado a mediano plazo.
«La decisión ya la tomó, pero todo se empezará a mover después de la elección«, dijo un operador duhaldista que confió, sin dar precisiones, que el ex gobernador habla con intendentes, dirigentes territoriales, legisladores y hasta con «pibes» de La Cámpora.
Duhalde apuesta, como plan A, a que puede lograr un acuerdo con todos los sectores -o con la mayoría- para que el próximo presidente del PJ bonaerense surja de un acuerdo y no de una interna rabiosa.
El aperturismo de la oferta de Duhalde tiene un límite: Cristina Kirchner. La relación con la ex presidenta jamás fue buena y ahora tampoco lo es. Pero en el duhaldismo dicen que como Cristina no es afiliada del PJ bonaerense no intervendrá.
Los mandatos, electos en noviembre de 2013, vencen en diciembre de este año y la convocatoria a elecciones debe hacer con 60 días de antelación a la fecha de votación. Es decir: la semana siguiente a las generales del 22 de octubre, el PJ bonaerense tendría que estar fijando cronograma para el comicio de elección de autoridades.
Como eso se percibe difícil y difuso, ya hablan de una opción que debería pasar por el filtro de la Justicia: que las elecciones, en vez de hacerse en diciembre, se hagan en febrero o marzo del año que viene.
Con resto o no para jugar esa patriada del PJ; Duhalde pone el dedo en una llaga que está expuesta y se refleja en las tensiones que anidan en el peronismo bonaerense a la hora de discutir la nueva conducción. Ya hay anotados y anotadas.