Germán Garavano tomó las riendas del caso Maldonado y su ingreso significa el desplazamiento del centro de la escena de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Los motivos se desencadenaron por el derrumbe de la hipótesis que agitaba su cartera sobre el ataque a un puestero, diez días antes de la desaparición del artesano y se sumó a los datos que arrojan las últimas encuestas y a las críticas de determinados editorialistas.
El Gobierno quiere cambiar el rumbo del caso y para eso necesitaba otra figura del Gobierno. Garavano mandó mensajes rápidamente para desmarcarse de todo lo dicho hasta ahora. Aseguró que «no pone las manos en el fuego por nadie», en un claro mensaje a la Gendarmería y dijo que el Gobierno «no tiene hipótesis» porque respeta el rol de la Justicia. Al mismo tiempo abrió un canal de diálogo con la familia del joven desaparecido.
El «mediador» entre los familiares y el ministro es el defensor ante el Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, Mario Coriolano. Su relación previa con Garavano ayudó a encaminar el diálogo. De las reuniones y las charlas informales también participa la abogada de la familia, Verónica Heredia. «Estamos ayudando a la familia con recursos», admiten en Justicia.
Garavano también reactivó la relación con el juez federal de Esquel, Guido Otranto, a cargo de la investigación. Los dos emisarios oficiales (el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj y el secretario de Justicia Santiago Otamendi) escucharon algunos reclamos por la falta de recursos, y trasmitieron el descontento del Gobierno por la demora en un rastrillaje del predio ocupado por la comunidad mapuche. «No hay pruebas suficientes», argumentó Otranto. Pero ayer, menos de 24 horas después, ordenó un exhaustivo rastrillaje en ambas márgenes del río Chubut.
La falta de recursos se extiende a la Fiscalía de Esquel, que trabaja con algunos pasantes. En ese caso, el reclamo ya fue trasmitido de manera informal a la procuradora Alejandra Gils Carbó.
Lo cierto es que la ministra de Seguridad fue marginada del centro de la escena y también de la comunicación oficial sobre el caso, pero mantendría intacto el apoyo del presidente Mauricio Macri. La reemplazó Garavano, con quien ya tuvo algunos cruces por temas menores de la gestión. Pese a todo, aseguran que la relación entre ambos está «intacta».