El sábado 1º de Abril se realizó una marcha por la democracia con el objetivo de dar apoyo al gobierno de Mauricio Macri, en medio de un contexto de paros y conflictos gremiales. La convocatoria en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Salta, Mendoza, Mar del Plata y La Plata fue masiva; sin embargo en el conurbano bonaerense no se presentó el mismo panorama.
La Casa Rosada no tenía idea del nivel de convocatoria para la movilización autodenominada «por la democracia». En las horas previas había habido un creciente entusiasmo por la sucesión de cadenas de mensajes vía WhatsApp, pero en la mesa chica de Mauricio Macri se barajaban distintos posibles escenarios.
La manifestación fue tan masiva que obligó al propio Macri a subir un mensaje desde la quinta familiar Los Abrojos, desde donde siguió los pormenores de la misma, y a todos sus ministros a hacerse eco de una movilización que no quisieron alentar por temor al fracaso.
En Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Salta, Mendoza, Mar del Plata y La Plata hubo una excelente convocatoria. Ni se sintió, por el contrario, en el Conurbano bonaerense, donde Macri no tuvo su primero de abril y donde volverá a enfocarse desde estos días para tratar de revertir su escasa popularidad de cara a las elecciones legislativas.
«La situación en el conurbano sigue igual. Va a mejorar en los próximos meses, pero todavía es muy mala», se sinceró la ministra Carolina Stanley la última semana ante un grupo de colaboradores. En ese sentido, el Gobierno va a multiplicar en estos días la presencia de ministros, secretarios de Estado y legisladores en la provincia de Buenos Aires en general y en el conurbano en particular.
La Casa Rosada tiene planificadas para esta semana la visita a funcionarios y diputados de distritos como Merlo, Avellaneda, Escobar, Pilar, Lanús, La Plata, Hurlingham y San Fernando. La agenda incluye a los ministros Rogelio Frigerio, Pablo Avelluto, Sergio Bergman, Patricia Bullrich, Andrés Ibarra, Jorge Lemus, Germán Garavano y Jorge Triaca. Macri y María Eugenia Vidal utilizarán la misma estrategia: fatigar el Gran Buenos Aires, la clave del distrito electoral más importante de cara a las elecciones de medio término.
A las recorridas por el Conurbano bonaerense el Gobierno le agregará el despliegue de la obra pública, calculado en unos 30.000 millones de pesos en planes hidráulicos y de viviendas. Dentro de ese cálculo, Vidal hará su parte. En estos días firmará el decreto para prorrogar por otro año la emergencia en infraestructura, que le permite agilizar licitaciones por vías excepcionales y casi sin control.